¿Por qué es mejor tomar la vitamina D3 junto con vitamina K2?
- Aristea Salud
- 5 may
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 6 may

Durante los últimos años, la vitamina D3 se ha ganado su lugar como uno de los suplementos más populares por sus múltiples beneficios: mejora del sistema inmune, absorción de calcio, prevención de enfermedades óseas, entre otros. Sin embargo, tomarla sola podría no ser suficiente… e incluso contraproducente, si no se combina adecuadamente con la vitamina K2.
Sinergia perfecta: D3 y K2 trabajando en equipo
La vitamina D3 (colecalciferol) aumenta la absorción de calcio en el intestino, algo esencial para tener huesos fuertes. Pero… ¿Dónde va ese calcio una vez absorbido?
Ahí entra en juego la vitamina K2, especialmente en su forma menaquinona-7 (MK-7), que es la que tiene mayor biodisponibilidad. Esta vitamina activa ciertas proteínas dependientes de ella, como:
Osteocalcina, que ayuda a fijar el calcio en los huesos, es una proteína involucrada en la mineralización ósea. La vitamina D3 aumenta la producción de esta, pero solo puede funcionar correctamente si está activada por la vitamina K2.
Matrix Gla Protein (MGP), que evita que el calcio se deposite en arterias y tejidos blandos, inhibiendo la calcificación de los vasos sanguíneos y órganos internos. La vitamina K2 activa MGP para que pueda prevenir la calcificación arterial: si no se activa adecuadamente, la vitamina D3, al aumentar la absorción de calcio, podría contribuir a que ese calcio se deposite en las arterias, lo que puede aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Entonces, con D3 pero sin suficiente K2, este calcio podría terminar acumulándose en lugares no deseados, como las arterias, aumentando el riesgo de calcificación vascular y enfermedades cardiovasculares. Por eso se dice que la vitamina D pone el calcio en la sangre, pero la K2 le dice adónde ir.
La Vitamina D3 favorece la absorción de calcio, mientras que la Vitamina K2 dirige ese calcio a los huesos y evita que se acumule en las arterias.
Más allá de los huesos: salud cardiovascular en equilibrio
Varios estudios han observado que la suplementación conjunta de D3 + K2 puede:
Reducir el engrosamiento de la íntima-media carotídea, es decir, las capas internas de las arterias carótidas, un marcador de riesgo cardiovascular.
Prevenir la calcificación arterial, sobre todo en personas con enfermedades como diabetes tipo 2, síndrome metabólico o enfermedad renal crónica.
Mejorar marcadores de metabolismo de la insulina y del perfil lipídico.
Incluso en poblaciones de riesgo, como mujeres posmenopáusicas o personas en hemodiálisis, esta sinergia podría ofrecer una estrategia de prevención más completa.
El equilibrio importa
El cuerpo necesita mantener un equilibrio delicado entre vitamina D, K y calcio. Una suplementación alta en D3 sin K2 puede alterar este balance, sobre todo si también se añade calcio, lo que podría:
Desmineralizar huesos si no hay suficiente osteocalcina activa.
Promover la acumulación de calcio en tejidos blandos y arterias.
Aumentar el riesgo de hipercalcemia o litiasis renal, según algunos ensayos.
¿Dónde encontramos estas vitaminas?
Si bien una dieta equilibrada es fundamental, en muchos casos es difícil obtener suficiente cantidad de estas vitaminas solo a través de la alimentación, por lo que la suplementación es clave.
La vitamina D se encuentra en pescados grasos, yema de huevo y hongos expuestos al sol. Sin embargo, debido a la limitada cantidad en los alimentos y la exposición solar insuficiente, la suplementación es a menudo necesaria.
Los alimentos ricos en vitamina K2 incluyen quesos curados, natto (soja fermentada) y mantequilla de animales alimentados con pasto. Sin embargo, la cantidad de vitamina K2 en la dieta suele ser baja, por lo que la suplementación también es recomendada en muchos casos.
A pesar de estos alimentos, es difícil alcanzar las cantidades óptimas solo con la dieta, por lo que la suplementación con D3 y K2 es una excelente opción para garantizar su ingesta adecuada.
¿Qué suplementos debemos de usar?
La vitamina D3 + K2 está disponible como suplemento, principalmente en formato de cápsulas, perlas o líquidos. Estos suplementos combinados son fáciles de ingerir y ayudan a asegurar que recibas las cantidades adecuadas de ambas vitaminas.
Sin embargo, siempre es importante tener en cuenta que, aunque algunos alimentos como pescados grasos, yemas de huevo, quesos curados y natto pueden proporcionar vitamina D y K2, la cantidad presente en la dieta suele ser insuficiente para cubrir las necesidades diarias, especialmente si tienes deficiencia de alguna de estas vitaminas o vives en una zona con poca exposición solar.
La dosis recomendada es generalmente entre 1000-2000 UI de vitamina D3 y 90-180 mcg de vitamina K2 al día.
De este modo, en Aristea Salud recomendamos:
Vitamina D3 y K2 de Solaray, en formato cápsulas.
Vitamina D3 y K2 de Sura Vitasan, en formato líquido.
Vitamina D3 y K2 con magnesio de Cefak, también en formato cápsulas.
Importante: Si estás tomando anticoagulantes como Sintrom, consulta siempre con tu médico antes de suplementar vitamina K.
Recordad siempre que podéis consultarnos cualquier duda que tengáis reservando una consulta online, con el profesional de Aristea Salud que elijáis, directamente desde nuestra web https://www.aristeasalud.com/pedir-cita
Bibliografía
Van Ballegooijen, A. J., Pilz, S., Tomaschitz, A., Grübler, M. R., & Verheyen, N. (2017). The synergistic interplay between vitamins D and K for bone and cardiovascular health: A narrative review. International Journal of Endocrinology, 2017, 7454376. https://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1155/2017/7454376
Wasilewski, G. B., Vervloet, M. G., & Schurgers, L. J. (2019). The bone—vasculature axis: Calcium supplementation and the role of vitamin K. Frontiers in Cardiovascular Medicine, 6, 6.
Comments